Cuando se escucha hablar de crianza respetuosa o disciplina positiva, a menudo se tiende a confundir este modo de crianza y educación con ser permisivo o tolerante y nada más lejos de la realidad. Ser permisivo puede ser tan dañino como ser autoritario.
Criar con disciplina positiva no es solo no gritar, no pegar o que mi hijo/a me haga caso.
Es un cambio de mirada hacia la infancia, hacia los niños, es tratarles con el mismo respeto que trataríamos a cualquier adulto. De igual a igual. Es darles la importancia que se merecen sus acciones, sus emociones, sus sentimientos, entender su desarrollo y madurez y tenerle en cuenta en nuestro día a día. Sus opiniones también son igual de válidas.
Afortunadamente, a todo se aprende y a criar con disciplina positiva también.
¿Que opinas?, ¿que es lo que más te cuesta en la crianza?