Y de repente el mundo se paró…
Si hace tan solo unos meses me preguntan si esto sería posible, hubiese dicho que no. Pero ya se sabe, nada es imposible. Tal vez improbable pero no imposible.
Las carreteras vacías, los parques vacíos, las tiendas vacías, los restaurantes vacíos, las grandes capitales del mundo vacías, no hay cole, no hay que ir al trabajo… improbable verdad?
En tan solo cuestión de días u horas nuestra vida cambia y estamos tan inmerso en la sociedad que no nos damos cuenta hasta que pasa. Tal vez esto nos sirva para reflexionar. Tal vez… Pero antes de decidirlo demos un repaso por la realidad:
Se desata una pandemia mundial que nos obliga a estar confinados en casa durante 15 días, posteriormente prorrogables. Cunde el pánico, la gente llena sus despensas, cruza los dedos y enciende la tele para estar al tanto de las noticias.
Pero no estoy aquí para hablar de consecuencias sinó de beneficios. De ver el positivismo dentro de la negatividad. Porque todo ser humano se nutre de las experiencias y el aprendizaje.
En poco tiempo, aprendimos que la cooperación y el trabajo en equipo son la solución (quedan algunos), aprendimos a apreciar el aire libre, aprendimos que relacionarnos es una necesidad, disponemos de tiempo en familia, se acabaron las prisas, aprendimos lo que es la empatía, damos el valor que se merecen los abrazos y los besos, nos dimos cuenta de quién realmente nos importa, de lo poco que nos hace falta para sobrevivir y ser felices, nos dimos cuenta de que las situaciones difíciles con humor se llevan mejor, nos preocupamos por los niños y como hacerles más llevadera esta situación, desarrollamos nuestra creatividad, entendimos que tener más no es igual a estar bien y sobretodo mostramos al mundo la asombrosa capacidad de adaptación que tenemos.
Y mientras todo esto pasaba, aprendimos a escuchar el silencio, volvimos a escuchar a los pájaros, volvimos a ver las estrellas, el mar empezó a limpiarse, el agujero de la capa de ozono empezó a reducirse, los animales empezaron a ver su libertad, los arboles volvieron a respirar… La naturaleza empezó a recuperar lo que era suyo.
En tan solo 15 días…
Nos hemos centrado tanto en los aspectos materiales que hemos olvidado los esenciales.
Dicen que las situaciones extremas o inesperadas sacan lo mejor y lo peor de cada persona. Y yo he decidido que saque mi mejor versión. Y tu?
La realidad es que el mundo no se para, nos paramos nosotros y este es el momento de ver con otros ojos y de actuar con otras manos.
Entonces cuando todo esto acabe tal vez podré decir:
Y de repente, la humanidad se paró… y todo cambió.