- Frota sus encías. Con suavidad pero con firmeza. Lo ideal es que utilices una gasa estéril. Envuélvela en tu dedo y masajeale la encía. Le aliviarás temporalmente el dolor.
- Frotar la encía con un trozo de hielo. Siempre envuelto en una gasa y a intervalos de poco tiempo.
- Ofrécele mordedores, de consistencia más bien dura. Sus formas y colores ayudarán a distraerle de las molestias causadas por los nuevos dientes. Algunos modelos de mordedores se pueden enfriar en el frigorífico, gracias al agua o gel que llevan en el interior. Estos mordedores ejercen un efecto anestésico y calmante sobre la zona dolorida.
- Si tu bebé ya puede tomar alimentos, ofréceles algo para masticar. Son ideales las galletas, incluso hay algunas en el mercado especiales para aliviar el dolor de la dentición, pues son un poco más duras.
- Existen también pomadas especificas para calmar el dolor ocasionado por la salida de los dientes que ofrecen un efecto anestésico y son naturales.